domingo, 16 de noviembre de 2008

Mafia de medicamentos

eptiembre 23, 2008} LA MUERTE DE SEBASTIÁN FORZA

LA MUERTE DE SEBASTIÁN FORZA
LOS NOMBRES QUE DESCONOCE LA JUSTICIA

Por Christian Sanz

A fines de mayo de 2008, me llamó una fuente de información oficial a efectos de presentarme a un supuesto “arrepentido” en el tema farmacéutico. Sabía que unos meses antes, en Tribuna de periodistashabíamos publicado una vasta investigación acerca de la mafia que envuelve a algunos de los laboratorios medicinales más conocidos.
Interesado en la propuesta hecha por el informante, arreglamos en encontrarnos al día siguiente en una confitería ubicada en la intersección de las calles Viamonte y Paraná de esta Capital Federal. Allí, la fuente -que llegó con su respectivo chofer- me presentó a la persona que me relataría los pormenores de una supuesta “mafia farmacéutica”. Se llamaba Sebastián Forza y venía acompañado a su vez de uno de sus ex empleados, llamado Claudio García.
Nos sentamos los cinco en el lugar central de la confitería y nos dispusimos a almorzar. Forza me había impresionado fuertemente, no sólo por su elegante vestimenta -imposible de costear para un periodista como yo- sino por la seguridad que demostraba en cada una de sus afirmaciones. “Yo trabajé con Rubén Romano, fui socio de él en una empresa llamada Prefarm, me dijo para quebrar el hielo. “Rompimos relaciones en noviembre de 2007, porque quise abrirme de la joda. A partir de ese momento, no dejo de recibir amenazas”, prosiguió (1).
Le mencioné entonces que conocía la existencia de Romano y de una causa judicial que lo rozaba por jugosos negociados en el PAMI. “Es una causa que llevó adelante Carlos Stornelli, con quien tengo cierta amistad”, le aseguré para intentar ganar su confianza.
A partir de ese momento, Sebastián comenzó a describir una diabólica trama de corrupción que involucraba a laboratorios medicinales, organismos públicos e instituciones privadas. Algunas de sus afirmaciones:

-”Hay un fraude descomunal con medicamentos para hemofílicos, especialmente uno llamado Novoseven, es un factor siete (proteína de coagulación). Son medicamentos carísimos que encima son sobrefacturados por los mismos laboratorios (…) Hay que investigar a un tal Javier Gauna, gerente de laboratorios Novo Nordisk“.

-”Otra de las jodas era la de truchar recetas y prescribir de más medicamentos caros, como los oncológicos, contra el SIDA y los propios factores hemofílicos, a ciertos pacientes. Es decir, si una persona necesitaba tres dosis de un remedio, se le prescribían 20. Los 17 restantes eran revendidos en el mercado. (…)En esto estaban prendidos los mismos laboratorios, ciertos funcionarios del Estado y nosotros, los intermediarios“.

-”Grandes negociados se han hecho en la delegación 6º del PAMI, en Mitre y Junín”.

-”Te mentiría si te dijera que no estoy involucrado en esto, pero yo me quiero abrir. El problema es que conocer todo esto pone en riesgo mi vida. Acá no sólo estamos hablando de negociados y sobreprecios, también de adulteración de drogas y manejo de químicos (¿precursores?)”.

-”Un fraude interesante se ha dado entre el Ministerio de Salud y laboratorios Abbott en la provisión de remedios contra el SIDA. Muchos de esos remedios eran revendidos, a sabiendas de los funcionarios”.

-”Laboratorios Roche solía rellenar un remedio para el cáncer de mama llamado Mabthera. Con lo que le ponían, lo dejaban totalmente inocuo”.

-”En algunos robos a camiones con medicamentos están involucrados los mismos laboratorios. Por un lado, cobran el seguro correspondiente. Por otro lado, revenden los remedios a través de un mercado paralelo”.

-”¿Quiénes me amenazan? buscá la solicitada en la que aparecemos todos los aportantes de la campaña de Cristina Kirchner y allí encontrarás los nombres”.

-”Si querés entender cómo es posible todo esto, investigá a algunos funcionarios del ANMAT y empresarios de una empresa fantasma llamada Profarma“.

Elocuencia aparte

Justicia perseguirás

A primera hora de la mañana del viernes 15 de agosto, me dirigí a la ciudad de La Plata a efectos de aportar al ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, la grabación de una parte de esa entrevista, sumado a una serie de nombres que me había proporcionado Forza.
En el trayecto recibí el llamado de la ministra de Salud, Graciela Ocaña, ofreciéndome documentación respaldatoria sobre el mencionado Rubén Romano y contándome algunas de sus trapisondas. “Romano estuvo investigado y procesado en una causa por sobreprecios en el PAMI. A mí me amenazó sin ningún reparo, es un tipo pesado”, me confesó en el breve diálogo mantenido, quitando la poca tranquilidad que llevaba conmigo.
Luego del intercambio de comentarios relacionados al avance de ciertos “testaferros” de la salud, quedamos en encontrarnos en unos días para analizar juntos lo que cada uno tuviera al respecto.
Pero, volvamos a Carlos Stornelli. Luego de recibirme amablemente, me saludó como siempre: “¿Qué hacés Christian, tanto tiempo?”. Estrechó su mano con la mía y, sin dejarme responder, agradeció mi aporte de información, al tiempo que me aseguró que ninguna línea de investigación debía descartarse, ya que incluso podía haber alguna relación entre las dos más importantes: laboratorios medicinales y narcotráfico.
Ipso facto, me reveló algunos detalles de la causa judicial aparecidos en las últimas horas. “Estos jóvenes empresarios se quedaron con tres millones de dólares de un cártel de drogas (…) está acreditado que Jiménez Jaramillo (el colombiano que sobrevivió a la masacre de Unicenter) tuvo al menos una comunicación con Forza”, confesó el funcionario.
Al mismo tiempo, adelantó que agentes de Inteligencia de Colombia venían siguiendo los pasos de Forza y sus amigos. “Hay un hecho acaecido en diciembre de 2007 que pasó desapercibido para la mayoría de los medios y que es clave para entender todo esto. Tiene que ver unos colombianos que aparecieron descuartizados, investigalo”.
Finalmente, Stornelli advirtió: “pronto habrá importantes novedades”.

Los sonidos del silencio

A medida que avanza la investigación, la desinformación y la especulación crecen en los medios de comunicación. Mucho de lo que se dice, no es es real.
Las dos líneas de investigación más importantes encierran nombres que deberán ser pertinentemente investigados por la Justicia. En el marco de la supuesta mafia de los medicamentos, el nombre de José Luis Salerno, un ex policía exonerado de la fuerza, suena fuerte en los oídos de los investigadores. Se cree que Damián Ferrón era testaferro de Salerno en el rubro de la provisión de remedios a importantes instituciones públicas.
Por otro lado, en el marco de la línea del narcotráfico, el nombre que resuena en estricto secreto es el deIbar Esteban Pérez Corradi intermediario de cárteles mexicanos en el negocio argentino de los precursores químicos. Este último le habría adelantado gran cantidad de dinero a Forza a efectos de iniciar una especie deJoint venture para exportar efedrina.
“Sebastián (Forza) se gastó todo el dinero aportado por Pérez Corradi para cubrir sus gastos y encima se dio el lujo de mandarlo a la mierda. El tipo le dijo que se lo iba a cobrar y lo hizo. Es un personaje peligrosísimo, la cara visible de algunos cárteles de la droga en la Argentina”, comentó en las últimas horas a este cronista una persona de estrecha confianza del fallecido Forza.
Hay un dato real: Forza, bajo la modalidad de “testigo protegido”, había denunciado a Pérez Corradi en la Justicia, hecho que llegó a oídos de este último a través de un importante intendente de la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. Lo demás, es historia conocida.
Su muerte, ¿habrá sido obra de la mafia de los medicamentos? ¿Habrá sido la mafia de los cárteles de droga? ¿Habrán sido ambas? Sea como fuere, la Justicia deberá superar la fuerte presión política que se avecina -especialmente por parte de un enriquecido y poderoso ex senador bonaerense- e intentar llegar a la verdad de lo acontecido.
Será la única manera de detener el incesante avance de los cárteles de droga en nuestro país.

Christian Sanz

(1) Forza admitió que le debía mucho dinero a Romano. “Yo le dije que le iba a pagar en cuotas, como pudiera, que no me rompiera las pelotas”, admitió en la misma entrevista.


Buenos Aires - Argentina

info@PeriodicoTribuna.com.ar

Triple crimen: los mataron tras drogarlos

Confirman que los asesinos le cortaron una oreja a Ferrón

Gustavo Carabajal y Gabriel Di Nicola
LA NACION

Los autores del triple homicidio ocurrido en General Rodríguez drogaron a los tres empresarios y le cortaron la oreja a uno de ellos mientras los tuvieron cautivos en una casa de la zona.

Según revelaron las autopsias, los patólogos forenses encontraron restos de estupefacientes en los tejidos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, cuyos cuerpos fueron hallados el 13 de agosto pasado en un zanjón del partido de General Rodríguez.

El informe del estudio histopatológico abonó la hipótesis de los investigadores de que los tres empresarios, secuestrados el 7 de agosto pasado, fueron drogados con cocaína por los hombres que los tuvieron cautivos durante casi seis días antes de asesinarlos.

Un segundo estudio realizado en los cuerpos reveló que, antes de dispararle un balazo en la cabeza, los asesinos le cortaron una oreja a Ferrón, supuestamente para amedrentar a sus socios, Forza y Bina. A partir de estas pruebas, los investigadores realizaron un nuevo análisis sobre cómo fueron los últimos minutos con vida de las tres víctimas. Así, se determinó que los empresarios no habrían sido asesinados en el zanjón donde sus cuerpos fueron encontrados con 16 balazos, sino que los mataron en otro lugar y luego los llevaron hasta el zanjón donde los abandonaron.

Un nuevo análisis de la escena del crimen estableció que, en realidad, cuando los asesinos dejaron los cadáveres, volvieron a dispararles para que pareciera que los habían asesinado allí y, de esa forma, lograr desviar la investigación.

"En realidad, lo que pasó fue que en el zanjón les dispararon a los cadáveres", expresó una importante fuente de la investigación.

Estas conclusiones se contradicen con lo que dijeron los máximos responsables de la policía bonaerense horas después del hallazgo de los cuerpos, cuando sostuvieron que Forza, Ferrón y Bina fueron asesinados en el lugar donde fueron encontrados.

Dicha afirmación se había fundado en que en la tierra se habían encontrado enterrados algunos de los proyectiles disparados contra las víctimas. Un mes después del hallazgo de los cuerpos, operarios de la Municipalidad de General Rodríguez desmalezaron el lugar y modificaron la escena del crimen.

Con respecto a la droga encontrada en los tejidos de las víctimas, los investigadores sospechan que los asesinos los drogaron para poder controlarlos y evitar que intentaran escapar.

A tres meses del hallazgo de los cuerpos de Forza, Ferrón y Bina no hay detenidos por esa investigación. Hace quince días, un nuevo fiscal se hizo cargo de la causa. Se trata de Juan Bidone, del departamento judicial de Mercedes, quien tomó una serie de medidas que, por ejemplo, permitieron encontrar el teléfono celular de Ferrón. Además, luego de repasar las declaraciones y los peritajes incorporados al expediente, decidió descartar algunas pistas y seguir nuevas hipótesis.

Rumbo a México

Días antes de desaparecer, Forza y Ferrón planeaban un viaje a México, según les habían dicho a sus familiares, para cerrar un convenio comercial para representar un laboratorio de medicamentos.

Como la mujer de Ferrón, Mariela Izquierdo, no quería ir, éste se comunicó con su cuñada y le dijo que convenciera a su hermana, ya que después de terminar los negocios pensaba llevarla a Acapulco.

Cuatro días antes de desaparecer, Ferrón estaba nervioso. Su mujer le preguntó qué le pasaba y él respondió: "Casi le tengo que romper la cara a un mexicano". En la causa, un testigo declaró que un mexicano había amenazado a Ferrón.

A partir de la declaración de un testigo de identidad reservada, el miércoles, el juez federal de Zárate-Campana, Federico Faggionatto Márquez, que investiga a una organización de narcotraficantes mexicanos que instaló un laboratorio de metanfetaminas en Ingeniero Maschwitz, allanó una lujosa residencia en General Rodríguez.

En su declaración, el testigo de identidad reservada sostuvo que en la estación de servicio de GNC situada en Liniers y Bernardo de Irigoyen vio reunirse a Bina con el jefe de calle de la comisaría de General Rodríguez, Darío Atrio, y con el dueño de la casa allanada, Hernán De Carli.

También reconoció que De Carli llegó a la reunión a bordo de una camioneta Dodge Ram negra. Según el testigo, un amigo suyo, al que identificó como "Poli" Medina, que trabaja como cuidador en un quincho vecino al zanjón donde fueron encontrados los cuerpos, le dijo que la noche del crimen había visto la camioneta en la que se movilizaba el policía y la Dodge Ram negra.

El testigo agregó que su amigo le había comentado que había tomado una fotografía de ambos vehículos con su teléfono celular. Cuando en el juzgado le preguntaron cómo se podía localizar a su amigo, el testigo dijo que se había marchado a Entre Ríos y aportó un número de teléfono. Hasta el momento, los investigadores no lograron encontrar a Medina y en el celular nadie responde.

"Si tuviera algo que ver con el triple crimen, no habría tirado los cuerpos en su jurisdicción, estando a 100 metros de la jurisdicción de Luján. Sería como tirar los cuerpos en el patio de mi casa", sostuvo Atrio en la indagatoria ante el juez.

Más pistas

  • Drogados: las tres víctimas de la masacre ocurrida en General Rodríguez tenían cocaína en sangre.

  • Fotografía: según el testigo de identidad reservada, 12 horas antes de que aparecieran los cuerpos, en el zanjón estuvo el policía Darío Atrio y se habrían tomado fotografías que aún no fueron aportadas a la Justicia.

  • Amenaza y pelea: un mexicano de nombre Rodrigo habría amenazado a Damián Ferrón, quien, cuatro días antes de desaparecer, le dijo a su mujer: "Casi le tengo que romper la cara a un mexicano".

  • Viaje: Sebastián Forza y Ferrón planeaban viajar a México.
El padre de Mariano Martínez involucrado en el triple crimen


Luego que se probaran nexos entre la familia Echarri y la 'ruta de la efedrina', un cirujano declaró que Sebastián Forza le compró el precursor químico a Ricky Martínez, intermediario en el negocio de los medicamentos.




El padre del actor Mariano Martínez le vendía efedrina a Sebastián Forza, una de las víctimas del triple crimen de General Rodríguez. Así lo declaró ante la fiscal Ana María Yacobucci el cirujano plástico Gustavo Alfredo Ricchiuto, de estrechos vínculos con José Luis Salerno, dueño de una farmacia y socio de otro de los asesinados, Damián Ferrón.

“Forza estaba por venderles efedrina a los mexicanos que era proveniente de Riky Martínez, el padre del actor”, dijo Ricchiuto en su declaración testimonial. Fuentes de la investigación explicaron a Critica de la Argentina que Martínez es intermediario en la venta de medicamentos y que fue vendedor mayorista del Ministerio de Salud durante la gestión del gobierno de Fernando de la Rúa.

El Diario Crítica intentó comunicarse con el protagonista de la obra Closer para conocer su versión de los hechos, pero no obtuvo respuesta. “Mariano no contesta los mensajes”, explicó la responsable de prensa de la puesta teatral.

Ricchiuto es un cirujano plástico que mantenía relaciones comerciales con Salerno, socio de Ferrón, y que estaba al tanto de los “negocios” que los dos querían realizar con el tráfico ilegal de efedrina. Ahora deberá declarar ante el juez federal de Campana Federico Faggionatto Márquez, quien ya lo citó el pasado jueves, pero como no se presentó, volvió a convocarlo para el próximo martes 14.

Según declaró ante la fiscal, Ricchiuto se enteró por Salerno que el 25 de julio Martínez “se había reunido en el Open Bar de Pilar con Ferrón, Forza, Bina (a quien conocía como 'Leo') y un mexicano recién llegado de su país de nombre Rodrigo, con intenciones de comercializar efedrina”.

Para los investigadores se trata de Rodrigo Rodríguez, un mexicano que habría llegado al país para montar un nuevo laboratorio después del operativo que desmanteló el de Ingeniero Maschwitz el pasado 17 de julio.

Algunas fuentes creen que se trataría de un sobrino de Jesús Martínez Espinoza, el líder narco detenido en Paraguay. “La efedrina iba ser depositada por Forza, que la conseguía a través de Martínez. Salerno y Ferrón, quienes también se encargaban de conseguirla, se la vendían al mexicano, y Bina, con sus supuestos contactos, la sacaba fuera del país”, dijo Ricchiuto ante la fiscal el 14 de agosto, un día después de que las víctimas aparecieran ejecutadas a balazos.

Según el médico, la operación la iban a realizar “Salerno, Forza y Ferrón vendiéndole al mexicano”. Salerno le dijo que “Leo era empleado del mexicano, que le pagaba 17.000 pesos por mes, y se encargaba de sacar ‘subrepticiamente’ la efedrina del país por sus contactos en la Aduana”. Necesitaban 400 kilos semanales.

Según tenía entendido el médico, Ferrón y Salerno compraban la efedrina a Famérica (allanada el martes último por orden de Faggionnatto), que la importaba desde África por vía diplomática.

Además, Ricchiuto declaró que estando en Buenos Aires Ferrón le había contado que un tal Marcelo (que resultó ser el argentino detenido Luis Marcelo Tarzia) fue a una farmacia de la avenida San Martín, que tenía en sociedad con Salerno, con un maletín con 100.000 dólares para comparle efedrina, pero que él no aceptó la operación.

El testigo se enteró por Salerno que el mexicano se había puesto “pesado” y lo había amenazado a Ferrón. El 9 de agosto, el médico se vio con Silvio Salerno (primo de José Luis), quien le dijo que sabía que el mexicano estaba buscando a Bina. Ante una consulta de la fiscalía, el testigo dijo que sabía que Forza se había quedado con los negocios de un tal Esteban, pero no sabía si el apellido era Pérez Corradi. Para finalizar, agregó que Forza había acercado a Ferrón la posibilidad de cambiar divisas en una mesa de dinero.

La farmacia de la mamá de Pablo Echarri

Pablo Echarri fue otro de los famosos que vio su nombre ligado con la investigación del juez Faggionatto Márquez. La revista Noticias deslizó que existiría un nexo entre su familia y el triple crimen de General Rodríguez, algo que fue desmentido por el actor.

Según el semanario, Telma Echarri, la madre del intérprete, habría sido el nexo entre el empresario asesinado Sebastián Forza y el superintendente de Servicios de Salud, Héctor Capaccioli. La revista sostuvo que el actor y su familia eran dueños de una farmacia que fue adquirida por personas vinculadas con Forza. Echarri afirmó, en cambio, que la farmacia fue vendida hace meses a otra persona que no era Forza.





Fuente: http://www.derf.com.ar/despachos.asp?cod_des=227224&ID_Seccion=17


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